Hoy estoy muy cabreada, mucho. Cansada de los abusos y las torturas de este gobierno que practica el terrorismo de Estado impunemente y de la mayoría de la oposición que contempla impasible sus torturas y su violencia, porque muchos las han cometido antes.
Saturada de las mentiras y la sumisión de un gran número de periodistas, que se pliegan a los mandatos de los empresarios dueños de los medios con la excusa del “tengo que comer”. Que se autocensuran por miedo. Que se mantienen en sus lugares de trabajo cuando debería caérseles la cara de vergüenza por haber pervertido una de las principales funciones del Periodismo con mayúscula: DENUNCIAR. Pero claro, ellos son unos panfleteros. Ya no recuerdan, o tal vez nunca han sabido, qué es el Periodismo con mayúscula.
Harta de los que defienden las actuaciones policiales, actuaciones que son tortura. Harta de ciudadanos de a pie que proclaman sentirse protegidos por esos que se dedican a disparar sus armas y a abrir las cabezas de ‘energúmenos antisistema que van a montarla’. Harta de políticos fascistas que criminalizan las protestas y la defensa de los derechos, que se atreven a vociferar que la culpa de la situación no es de ellos.

José Manuel Sánchez Fornet, secretario general del SUP (Sindicato Unificado de Policía) entre 1992 y 2014: «Leña y punto»
Saturada de esos que votaron al Partido Popular y que hablan de “mayoría democrática surgida de las urnas” para explicar unas cifras que no reflejan ni la abstención ni los votos que no se contabilizan por la Ley Electoral de la que disfrutamos.
Aburrida de los que se llenan la boca diciendo lo catastrófico que es todo, que prefieren emigrar a otro lugar porque aquí no se puede vivir. También de los que se dedican a menospreciar a todos los que salen a la calle a manifestarse pero no usan la violencia; los menosprecian desde sus casas, claro.
Me cago en el Congreso. Sí, me cago. En eso que algunos llaman “la casa de la soberanía nacional” y que defienden a base de tortura y exceso policial. Me cago en los que anoche se congregaban en el patio interior porque no se atrevían a salir del edificio, cuando lo que estaba ocurriendo fuera era en gran parte por su culpa. Me cago en los que defienden ese Congreso diciendo que es inviolable. Inviolables deberían ser los derechos de los ciudadanos, no unos ladrillos.
Me cago en la Marca España. Esa Marca que tanto están intentando vender. La Marca España, hoy, son las cicatrices que muchos ciudadanos tienen en su cuerpo por acción de las porras y las escopetas de la policía de Cristina Cifuentes, de Felip Puig, de Jorge Fernández Díaz. La Marca España también son los “suicidados” en la comisaría de los Mossos de Escuadra en Barcelona. Y también es el asesinato de Íñigo Cabacas a causa del “impacto de una bala de goma disparada por la Ertzaintza contra los aficionados en los incidentes producidos en Bilbao tras el partido Athletic-Schalke” (publicado en Público.es el 10/04/2012); el responsable era y sigue siendo el entonces Consejero de Interior del Gobierno Vasco, Rodolfo Ares.
Ayer @Miky_co escribía este tuit: «TERRORISMO (RAE): «Uso de la violencia y las amenazas para intimidar o coaccionar, sobre todo con fines políticos» O sea, lo que hace la UIP.» No se puede explicar mejor en tan solo 140 caracteres.
Cuestioné desde el primer momento la acción del #25S. Dudé de sus manifiestos, de algunos de sus convocantes. Pregunté, hablé, indagué. Y finalmente, y como en muchísimas ocasiones, me tragué rabia y lagunas y decidí ser solidaria. Ayer estuve a las puertas del Parlament viendo salir a sus moradores, la mayoría de ellos impasibles a los allí congregados, paseando de camino a sus coches con gesto altivo y prepotente. Incluso hubo los que se permitieron insultarnos y dedicarnos gestos “obscenos”.
Así que hoy, en Barcelona #volvemos26s.
Para apoyar a todos los ciudadanos que ayer estuvieron en las calles de Madriz.
Para defender nuestros derechos.
Para denunciar a los que siguen impunes.
A las 12.00 estaremos en la Plaça Sant Jaume y a las 18.00 de nuevo en las puertas del Parlament.
Seguramente pensaré en el Ministro del Interior y sus elogios a la actuación policial de anoche. No se me olvida. Ni se me olvidará.
Buen post Mónica!
Con el espantajo de Rajoy a la cabeza, este gobierno ha perdido el norte si es que alguna vez lo tuvo. Y es que ya se sabe; la mano dura es muy «PoPular». Hoy, la marca España es un cardenal sobre la piel del ciudadano que osa reclamar justicia y democracia.
No sé que me preocupa más, si la necedad de nuestros gobernantes o la maldad que subyace tras su incompetencia.
Salud!!!
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Gracias, siempre es un placer tener tus aportaciones por aquí, tan acertadas.
Salud, Mikel!!!
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