Que se jodan, sí. Porque no pienso olvidar ninguno de los actos de terrorismo que han cometido sistemáticamente contra el pueblo al que han jurado, con la mano sobre la biblia, servir con honor y honradez.

Andrea Fabra, diputada del Partido Popular por Castellón, grita «Muy bien, que se jodan» tras el anuncio de Rajoy de los recortes a los parados | Fotograma vídeo Europa Press

Que se jodan, sí. Porque han abusado de su poder para chuparnos la sangre y mantener sus palacios de marfil en los que creen que viven con la seguridad de tener unos esclavos atemorizados y subyugados.

Que se jodan, sí. Porque utilizan los medios de comunicación, serviles lameculos muchos de ellos, para propagar su terror día a día, para extender su sombra negra sobre las esperanzas y la dignidad de las personas que, cada vez más, luchan por tan solo sobrevivir.

Que se jodan, sí. Porque con sus medidas nazis están condenando a enfermos a morir por no tener unos miserables euros para adquirir la medicación que necesitan para tener una mínima calidad de vida, una seguridad de supervivencia médica.

Juan José Güemes, marido de Andrea Fabra

Que se jodan, sí. Porque están condenando a jubilados y parados a acabar buscando en la basura algo que llevarse a la boca para poder comer, recortando salvajemente su poder adquisitivo.

Que se jodan, sí. Porque tenemos un jefe de Estado que confía en la solidaridad de la sociedad española para dar una respuesta positiva a la situación, que nos dice que todos somos iguales ante la ley cuando él mantiene a nuestra costa sus puteríos, sus asesinatos de animales (y otros), un yerno que roba a manos llenas utilizando su nombre… Y con 11 palabras lo soluciona de un plumazo.

Que se jodan, sí. Porque han tenido la desfachatez de construir mausoleos que les compensen la pequeñez de sus cerebros y sus miembros (podéis darle el significado que queráis), da igual que sean aeropuertos, que parques temáticos, que puentes de diseño, o tan solo proyectos que dudo existan ni tan solo en papel, pero que hemos pagado muy por encima de nuestras posibilidades.

Que se jodan, sí. Porque transgreden las mismas leyes que a nosotros nos hacen cumplir con una rigurosidad rayana en la paranoia recortando sueldos; aplicando impuestos con carácter retroactivo; publicando datos personales; aceptando sobornos y regalos del tamaño de un Jaguar; saqueando las arcas públicas para pagarse putas, drogas, fines de semana de lujo, propiedades indecentes.

Que se jodan, sí. Porque ni los chacales se comportan como ellos, aplaudiendo unas medidas que empiezan a no tener nada que envidiar a las Leyes de Nuremberg dictadas hace más de un siglo; esos aplausos son los que tapan, también, parte de La sangría del suicidio en España que tan bien ha sabido explicar @Raskolnistan (mis más humildes pero sinceras felicitaciones, Rasko, no tengo ni tendré palabras suficientes para darte las gracias, por todo).

Que se jodan, sí. Por robarnos con alevosía metiendo la mano en nuestras carteras para mantener unos bancos inmorales que echan a la gente de sus casas para dejarlos en la calle, que venden productos financieros engañando a los ciudadanos y luego quedan impunes; que hunden familias y pequeños negocios con una falta de respeto y entrañas insospechadas.

Que se jodan, sí. Por destruir de manera violenta y cruel el estado del bienestar; los derechos por los que tantos han sido torturados y asesinados (pero todavía no reparados);  por saquear la sanidad, la educación; por destrozar la seguridad poniendo enfrente del pueblo a los que deben velar por la nuestra abriendo las cabezas con porras (incluso con las prohibidas barras de hierro) y hundiéndonos la carne con las ya ilegales (pero no retiradas) pelotas de goma.

Que se jodan, sí. Por todo el sufrimiento que están causando, por todas las lágrimas que están haciendo derramar, por todo el horror que hacen sentir. Por todos sus insultos, por su menosprecio continuado. Por minar la confianza de las personas, por la rabia que provocan haciendo enfermar nuestros sentimientos, por la angustia, la desolación.

Manifestación en la calle Preciados de Madrid en junio de 1976 | Foto: César Lucas

Que se jodan, sí.

Porque sé que no estoy sola.

Sé que somos muchos, una mayoría silenciosa.

Que crecemos día a día.

Que nos encontramos.

Que nos unimos.

Que entenderemos que «debemos salir a la calle y estar dispuestos para la lucha».