(ex)Presión

La falsa globalización de la información

“Sur y Comunicación. Una nueva cultura de la Información”. Bajo este título y editado por Icaria se recogen diferentes ponencias de las jornadas organizadas por Medicus Mundi, que tuvieron lugar en el otoño de 1997 en Pamplona, y que discurrieron en torno a la situación en la que se encontraba la información de los países pobres del planeta. Es cierto que estas jornadas versaban sobre la información, pero sin los avances tecnológicos que han acontecido a todos los niveles ésta no se encontraría en el punto en el que está.

16 nov 2011 La falsa globalización de la información

Sur y comunicación. Una nueva cultura de la información. Medicus Mundi, Editorial Icaria, Colección Antrazyt

Pero dejad que me explique para que entendáis esta extraña introducción. Vivimos inmersos en un mundo tecnológico-mediático, que nos abre ventanas a lugares desconocidos, y por ello aparentemente exóticos, de los cuales sólo sabemos lo que infinitas pantallas nos muestran. Curiosamente, la mayoría de esos lugares han quedado fuera de las redes tecnológicas que inundan el mercado occidental. Hasta no hace muchos años, España también se encontraba inmersa en un vacío tecnológico. La dictadura velaba toda aquella información que no interesaba al Régimen. La tecnología se encontraba en una situación muy precaria. La radio era el altavoz de unos pocos. La televisión llegó en blanco y negro con dos décadas de retraso. El teléfono era un aparato enorme lleno de interferencias, y su única madrecita era la gran Telefónica. Los ordenadores eran grandísimos conjuntos de máquinas, encerradas en un cuarto oscuro con muy bajas temperaturas. Gracias a la globalización, la nueva religión para muchos, hemos ido entrando en la conexión tecnológica con el resto del mundo. Del globalizado, claro. De los países que forman África muy pocos disponen de un único ordenador con conexión a Internet. Aunque para muchos de sus habitantes esto es lo de menos.

La información de la que hablábamos anteriormente corre por las mismas vías que la comunicación. Telefonía móvil, Internet, satélites que conectan con nuestras antenas parabólicas (y con sistemas de los que ni siquiera tenemos conocimiento), operadores que nos ofrecen, a cual más bueno, bonito y barato, banda ancha para poder comunicarnos con mayor eficacia. Hay más líneas de móvil dadas de alta que personas para utilizarlas, lo cual quiere decir que hay personas que disponen de más de un móvil, o de más de una línea con el mismo aparato. Hablar se ha convertido en pegar la oreja  y la boca a una máquina. Hablar se está convirtiendo en pertenecer a una o varias redes sociales. La necesidad de estar constantemente localizable, y la urgencia de localizar a cualquiera para los más peregrinos asuntos, ha hecho que nuestra vida social, laboral, afectiva, sea prisionera de unos míseros chips. Quien no está conectado está fuera de la realidad. Pero, ¿de qué realidad estamos hablando?

Decía al principio que la globalización tecnológica es doblemente falsa. Me explico. Por un lado, ser habitantes de un primer mundo plagado de los últimos avances tecnológicos nos hace creer que vivimos en una plena Sociedad de la Comunicación y de la Información. Nada más lejos de la verdad: ni tenemos capacidad para acceder a toda la información y las comunicaciones que cada día son volcadas en nuestro Occidente a través de casi infinitos medios, ni tampoco la capacidad de entender y aprehender aquella cuota de información y comunicación que recibimos. Por otro lado, la falsedad viene dada por las zonas que no han caído en las redes tentaculares de la globalización tecnológica comunicativa (y no digamos informativa): si ellos no disponen de los adelantos tecnológicos necesarios, ¿cómo podemos creer que lo que recibimos de ellos es parcial, veraz, reflejo de una realidad total? La comunicación que recibimos de estas zonas excluidas, además de ser escasa y descontextualizada, pasa por el filtro de personas que pertenecen a nuestro moderno mundo globalizado, cayendo en la perversión de una traducción a nuestro lenguaje tecnológico que mutila, en mayor o menor medida, la totalidad de la comunicación. Aunque no es necesario ir tan lejos: dentro de nuestro mundo tecnológico existen guetos atecnologizados por falta de medios ya sean económicos, culturales, sociales, políticos.

16 nov 2011 La falsa globalización de la información

El índice de globalización de KOF mide las dimensiones económicas, sociales y políticas de la globalización. KOF Swiss Economic Institute | Mapa interactivo en kof.ethz.ch

En fin, no quiero ponerme trágica. Sed felices y comunicaos con vuestros semejantes, aunque sea a través de pantallas. Y sobre todo, en ocasiones excepcionales, no olvidéis utilizar el botón de off.

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